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Cómo potenciar los 5 primeros minutos de una entrevista de trabajo

Los primeros momentos de tu entrevista pueden causar un impacto decisivo en cómo transcurrirá el resto del proceso. Descubre cómo empezar de manera exitosa una entrevista de empleo, y algunos consejos sobre lo que debes evitar.

1. Recuerda que la entrevista comienza al salir de casa

La entrevista comienza antes del apretón de manos. Nunca sabes con quién te puedes encontrar en el metro o en el bus, o entrando en el edificio de la compañía. Tu entrevistador podría estar en la misma cola de la cafetería que tú, así que asegúrate de proyectar un aire amigable, confiado y profesional desde el momento en el que salgas de casa.

Tendrás que asegurarte de llegar a tiempo, incluso antes de lo marcado. Date el tiempo suficiente para llegar tranquilo y poder tomar un breve descanso. Conversa con la persona de recepción, silencia tu teléfono móvil y fíjate en los alrededores del lugar – tal vez te sea útil para poder tener una pequeña conversación más tarde. Evita caer en incidentes de última hora, querrás presentarte como alguien calmado y organizado, no como una persona nerviosa y poco preparada.

Qué evitar:

“Una vez escuché a alguien que estaba hablando por teléfono fuera de nuestro edificio, quejándose en voz alta sobre lo temprano que iba a ser la entrevista. Cuando llegué a mi próxima entrevista me di cuenta de que esa persona era mi próximo candidato. No fue un comienzo brillante…”

2. Trata a todos como si fueran tu entrevistador

Asegúrate de que eres educado y amable con todas las personas que te cruzas durante el proceso de selección. Desde saludar a la persona que está en recepción, a la gente con la que compartes el ascensor o la que te cruzas en el pasillo de la oficina… Estos son todos los puntos de contacto con tu posible futuro empleador. Los compañeros de trabajo suelen compartir sus impresiones de los candidatos, así que asegúrate de que todas las personas con las que estés en contacto se lleven una buena impresión sobre ti.

Qué evitar:

“Me gusta saludar a los candidatos en persona. En una ocasión, un candidato asumió que yo era un asistente, me trató de una manera muy extraña y me pidió de forma grosera que le trajera algo para beber. Posteriormente se llevó una sorpresa cuando vio que yo era la persona que dirigía la entrevista. Lo que más me molestó fue que pensara que podía tratar de esa forma a un empleado.”

3. Genera una buena primera impresión sobre ti

Las primeras impresiones son muy importantes, y las señales no verbales a veces importan más que las verbales. En los primeros minutos de una entrevista se trata de sonreír con confianza, estrechar la mano firmemente, hacer contacto visual y, en general, mostrarte contento por estar allí, demostrando que quieres el trabajo. Inclínate ligeramente, arquea levemente las cejas y espera a que te inviten a sentarte. En todo lo que hagas proyecta una actitud de energía, entusiasmo e interés.

Vístete para la ocasión, intenta adecuar tu estilo al de la compañía para la cual vas a ser entrevistado. A través de su página web o de sus canales en las redes sociales puedes obtener una buena idea del tipo de vestimenta adecuado a la empresa. Puedes encontrar esta información en el contenido sobre su cultura corporativa y, además, el reclutador también te puede aconsejar antes de la entrevista. Seguro que quieres proyectar tu personalidad y carisma, pero también quieres encontrarte cómodo, si te surgen dudas decántate siempre por el lado más formal.

Qué evitar:

“En una ocasión entrevisté a un candidato que había pedido un vaso de agua mientras esperaba. El vaso estaba helado y debía habérsele derramado justo antes de conocerle, así que mi primera impresión fue un apretón de manos húmedo y frío. Así que, si pides algo de beber antes de la entrevista sostén siempre tu vaso en la mano izquierda.”

4. Prepárate para mantener una pequeña conversación inicial

Conseguir que la conversación sea la apropiada puede tener grandes consecuencias. Esta primera charla puede construir la afinidad necesaria para que se comience a generar esa “química” que caracteriza a todas las relaciones de negocio eficaces.

Como parte de la preparación de tu entrevista, es una buena idea pensar con anticipación en algunos posibles temas que puedan surgir para ayudar a mantener la conversación de forma fluida y natural. La clave es llegar a los temas donde tú tengas un interés común con el entrevistador o la empresa, de modo que seas capaz de formular y responder preguntas de una forma creíble.

Por ejemplo, si ves una foto de la familia del entrevistador, tal vez podrías preguntarle acerca de ellos y estar preparado con una anécdota familiar propia. O si eres un fan de algún deporte y ves señales de que tu entrevistador también lo es, podrías hacer una pregunta adecuada para la cual tengas una respuesta interesante (“¿quién crees que ganará la copa este año?”).

Piensa también en algunos temas de actualidad. Por ejemplo, ¿la empresa para la que te vas a entrevistar ha aparecido recientemente en los medios? O podrías preguntar sobre el impacto potencial en la compañía de algo que sea reciente, como un grave ataque de malware. En cada caso, asegúrate de que tienes una idea interesante sobre el tema con la que contribuir también.

Qué evitar:

“Un candidato que entrevisté recientemente me hizo preguntas sin parar sobre mi familia, el trabajo, la empresa, algunos temas noticiosos, me preguntó sobre todo tipo de cosas. En realidad él no tenía mucho que decir, y no esperó a escuchar mis respuestas antes de formular las siguientes preguntas, lo único que me demostró es que estaba ansioso y era una persona con poca capacidad de escucha.”

5. Incidir en 3 mensajes clave desde el principio

A los políticos se les recomienda comunicar un máximo de tres mensajes clave ante los medios de comunicación, mensajes a los que deben atenerse y sobre los que deben incidir durante toda su intervención.

Del mismo modo, es una buena idea tener dos o tres puntos clave sobre lo que tienes que ofrecer y lo que estás buscando, por ejemplo: “Estoy listo para el reto de gestionar un equipo”, “combino el conocimiento del área con la experiencia técnica”, “en mi carrera he desarrollado una extensa habilidad en transformación digital”.

Estos serán los tres puntos clave que quieres que tu entrevistador recuerde de ti. Así que trata de repetirlos de forma natural cada vez que puedas, incluso en los primeros minutos de la entrevista. Asimismo, es importante tener una respuesta preparada para las preguntas más comunes: “cuéntame por qué quieres este trabajo” o “¿comprendes lo que implica esta posición?”.

Qué evitar:

“Siempre empiezo pidiendo al entrevistado que explique a qué se dedica nuestra compañía. Esta pregunta, aparentemente simple, es difícil de responder para muchos. Es increíble cuánta gente se esfuerza por intentar contestarla, tal vez porque están asistiendo a varias entrevistas a la vez y no han tenido tiempo para realizar una investigación previa. Pero si no puedes ofrecer una explicación firme sobre lo que hace la empresa y cuál es el motivo de la contratación, el entrevistador solo puede concluir en que no estás realmente preocupado por la posición.”

Las primeras impresiones cuentan

Diversas encuestas destacan la importancia de causar una buena impresión durante los primeros minutos de una entrevista de trabajo:

  • 6 de cada 10 directivos reconocen que la forma de vestir del candidato tiene un gran impacto en su contratación (fuente: encuesta monster.co.uk).
  • El 33% de los jefes afirma saber si va a contratar a alguien dentro de los primeros 90 segundos de la entrevista (fuente: Classes and Careers).
  • A una persona le puede llevar entre 1 y 10 segundos formarse una impresión sobre tu nivel de confianza – y esa impresión rara vez cambia más adelante (fuente: Psychological Science).
  • Mantener el contacto visual con tu interlocutor puede ayudar a que este perciba de ti una mayor inteligencia (fuente: Personality and Social Psychology Bulletin).
  • Los colores más conservadores, como el azul y el negro, serán la apuesta más segura en cuanto a tu vestimenta según una encuesta realizada a más de 2.000 profesionales de búsqueda y selección. ¡El naranja es el peor!